Esta sección está dedicada a un análisis y delineamientos prácticos para el desarrollo de los grupos de oración dentro de la Renovación Carismática Católica. La autora de este bloque nos presentará lo que es un grupo de oración, su finalidad, características y elementos que lo constituyen. Para ello, dará a conocer lo que es un grupo de oración y a Jesús como centro de él. Analizará el sentido de pertenencia del grupo de oración al movimiento de la Renovación Carismática Católica y reflexionará sobre la implicancia del compromiso de ser parte activa de nuestra Iglesia. A su vez, profundizará sobre los distintos puntos que hacen parte esencial de las reuniones de oraciones, presentando los distintos elementos que conforman el grupo de oración y dando pautas concretas de como organizar y dirigir el mismo.
Kathia Arango, posee estudios de Pastoral Bíblica y Teología de la Arquidiócesis de Asunción, Paraguay. Fue miembro del Comité Nacional de la Renovación Carismática Católica del Paraguay trabajando en la Coordinación Nacional de Jóvenes. Así mismo, colaboró con el proyecto de la Avanzada Evangelizadora de la Secretaria Latinoamericana de Jóvenes. Actualmente se desempeña como coordinadora de la Renovación Carismática de la Diócesis de Camden, New Jersey.
“Todos ellos perseveraban en la oración y con un mismo Espíritu” (Hechos 1,14)
1. Donde ocurre la Gracia…el Grupo de Oración
¿Es la Renovación Carismática Católica una simple reunión de oración?. Comúnmente cuando la gente escucha el término Renovación Carismática, inmediatamente piensa en un grupo de personas reunidas en un lugar, adorando a Dios con voz fuerte, cantando alabanzas, levantando las manos, hablando en lenguas extrañas y utilizando otras expresiones relacionadas con lo que se cree es la espiritualidad carismática. En otras palabras, se piensa en un grupo de personas que se reúnen para orar periódicamente.
Esta reunión toma diferentes nombres en distintas partes de Latinoamérica e incluso dentro de los Estados Unidos, algunos lo llaman circulo de oración, otros asamblea de oración, en otros lugares se conoce como grupo de oración, para unos mas comunidad de oración. Para objetivos prácticos de esta sección lo llamaremos “Grupo de Oración”, definiendo esto como la reunión periódica de personas, habitualmente en una parroquia, para expresar exteriormente un tipo de espiritualidad generalmente llamada carismática.
Ciertamente la Renovación Carismática es mucho más que un grupo de oración con sus manifestaciones visibles, es un estilo de vida, es dejarnos conducir por la fuerza del Espíritu Santo. Sin embargo no podemos olvidar que los grupos de oración son la expresión externa de nuestra propia espiritualidad en nuestra manera de orar, predicar, ejercer los dones y carismas y sobretodo en una vivencia comunitaria que demuestra el amor de Dios. Es así que los grupos de oración son claves para la continuidad y desarrollo de una vivencia dentro de nuestro movimiento.
El objetivo de los artículos que desarrollaremos en esta sección es tratar de dar pautas claras de cómo conducir de una manera eficiente nuestros grupos de oración. No se pretende dar una regla exacta, ya que lo importante es que seamos siempre permeables a la acción del Espíritu Santo. El debe ser quien nos conduzca, pero es importante tener un entendimiento clave de las partes que conforman el grupo de oración y de los diferentes tipos de oración. Es así que deseo a través de estos artículos romper un poco el paradigma de una secuencia única de cómo llevar un grupo, ya que en diferentes partes de Estado Unidos los grupos de oración se desarrollan de diversas maneras, teniendo todos ellos grandes frutos, ya que son guiados por la fuerza y amor del Santo Espíritu.
Quiero mencionar unos cuantos puntos que son claves para no perder la identidad de un grupo de oración carismático, los cuales desarrollaré en más detalle en los artículos siguientes. En primer lugar, un grupo de oración no es solo la reunión de un conjunto de personas sino un lugar donde se vive una verdadera fraternidad cristiana. En segundo lugar, el grupo de oración debe estar insertado en la iglesia y ser clave en el desarrollo pastoral de la parroquia propia. Tercero, debe ser un lugar en el cual se promuevan y ejerzan los diferentes dones carismáticos. Finalmente, Jesús debe ser el centro de todo grupo de oración, a pesar de que como líderes debemos dejarnos ungir por el Espíritu Santo para conducir el grupo, el objetivo central es que las personas tengan un encuentro personal con Jesús resucitado. Nuestro amado Dios nos de la gracia de gozarnos en la alabanza y la palabra para experimentar cada día su amor en nuestros grupos de oración.
Hechos 1, 14 “Todos ellos perseveraban en la oración y con un mismo Espíritu”
En este artículo, deseo analizar el sentido de pertenencia del Grupo de Oración al movimiento de la Renovación Carismática Católica. Existen diferentes grupos de oración, con diferente espiritualidad, insertados en diferentes movimientos eclesiales, pero los grupos que nos concentraremos en esta sección, son los grupos de oración carismáticos.
La RCC desarrolla muchas actividades, la principal y una de las más conocidas son los grupos de oraciones. Ya en el mismo Documento de Santo Domingo encontramos lo siguiente: “En la Iglesia se multiplicaban los grupos de oración, los movimientos apostólicos, formas de nueva vida y de espiritualidad contemplativa (DSD38).
Pero, ¿Qué es un grupo de oración? Podemos definirlo, como una reunión de personas que se juntan para orar, con el fin de alabar, glorificar y dar gracias a Dios, llevando a los participantes a vivir una experiencia con el Dios vivo, considerándonos hijos de un mismo Padre, hermanos entre sí. Es así, que deseo clarificar, que un grupo de oración carismático, más que un conjunto de personas que se reúnen a orar, es una comunidad, en el que varios hermanos y hermanas deciden seguir un mismo estilo de vida, una espiritualidad carismática. Es decir, estar llenos y ser conducidos por el Espíritu Santo, viviendo al igual que Jesús.
El P. Alirio Pedrini en su libro “Grupo de Oración – Cómo hacer ocurrir la gracia” dice: que el objetivo de cada grupo de oración es llevar a todos los participantes a experimentar el Pentecostés personal, a crecer y llegar a la madurez de la vida cristina plena del Espíritu Santo. Una vida auténtica, alegre, feliz, desbordante, en familia comunidad y sociedad, capaz de llamar la atención de los contemporáneos y de atraer muchos otros para la misma forma de vida.
De aquí que es vital que el grupo de oración carismático esté ligado íntimamente a la dinámica de la Renovación Carismática Católica, con el propósito de promover desde su interior los diferentes objetivos y metas de esta corriente de gracia.
Dentro de la RCC como un todo, el vehículo normal y más común de manifestación y crecimiento en la fe y en la gracia del Espíritu Santo han sido, desde el inicio, los grupos de oración, que se convirtieron en la actividad básica y característica de este movimiento eclesial, de esa verdadera renovación que Cristo está realizando en su Iglesia. Es como el inicio de nuestro caminar como Iglesia, como lo dice Hechos de los Apóstoles… “Ellos perseveraban en la doctrina de los Apóstoles en las reuniones en común, en la fracción del Pan y en las oraciones” (He 2, 42 – 47).
Desde ese contexto el Grupo de Oración no deja de ser parte de la RCC y mucho menos de la Iglesia, por lo tanto, la obediencia a la jerarquía eclesial y a la del movimiento de la RCC no deja de ser la expresión más fuerte del compromiso que tenemos “formar iglesia” y dentro de ese compromiso debemos cumplir la misión primera que es la de Evangelizar.
3. En la Iglesia y para la Iglesia
En nuestro artículo anterior presentamos la importancia de conformar verdaderos grupos de oración carismáticos, mostrando la importancia de estar vinculados a la Renovación Carismática Católica. Ahora veremos lo clave que es la integración de los grupos de oración a la vida de la Iglesia. Es así que reflexionaremos sobre la implicancia del compromiso de ser parte activa de nuestra parroquia.
En primera instancia daré unos puntos claves de cómo formar un grupo de oración, estando siempre vinculado a la vida parroquial:
– ORACIÓN: El primer paso es estar en oración, pidiendo a Dios que le muestre las oportunidades y necesidades de evangelización. En general, los grupos de oraciones comienzan con 3 ó 4 miembros, que se reúnen una vez por semana para pedir por el futuro grupo de oración que va a nacer. Todo esto se realiza poniendo al tanto al Coordinador Diocesano, Parroquial o la autoridad correspondiente.
– PERMISOS: Es conveniente recordar que apenas se vaya materializando la formación del Grupo de Oración, se debe dar aviso al Cura Párroco, de tal forma a cumplir con uno de los principios fundamentales de nuestro movimiento, la RCC nace en la Iglesia y para la Iglesia.
– DIVULGACIÓN: El tiempo necesario para divulgar un Grupo de Oración varía de acuerdo con la madurez espiritual que pueda tener el Equipo Timón. Cuando los líderes adquieren la seguridad necesaria para abrir el Grupo a otros participantes, hay varios medios de los cuales nos podemos valer para realizar la propaganda del nuevo grupo de oración, entre ellos se puede mencionar: carteles, volantes, pancartas, participación en los eventos parroquiales, todos ellos con mucha creatividad. Carteles alegres y coloridos siempre son bienvenidos (cuidando no caer en el exceso), en cuanto a las frases que se colocan, las mismas deben ser cortas pero llamativas. Los materiales de comunicación pueden estar colocados en los pasillos de las parroquias, capillas, colegios o lugares que tengan mayor circulación.
Pero, sin duda alguna, hablar con cada persona es la mejor publicidad. Da más trabajo, exige más tiempo, testimonio de vida, pero puede ser la forma que Dios escogió para hacer un llamado.
Finalmente quiero citar algunos textos bíblicos en los que podemos basar desde la Palabra de Dios la importancia de crear grupos de oración:
– Mt. 18, 19 – 20: ”Así mismo, si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pedir cualquier cosa, estén seguros que mi Padre Celestial se le dará. Pues donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos”.
– Grupos de Oración en el NT: He 1, 14 “Todos ellos perseveraban en la oración y con un mismo Espíritu”; He 2, 42 – 47 “Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles….”
– Otros textos: Ef. 5, 18 – 21; 1 Cor 14, 26; Col 3, 16 – 17.
4. ¿Qué nos caracteriza como un Grupo Carismático?
Usualmente identificados como un grupo de personas que se reúnen para orar a Dios, los grupos de oración pueden encontrarse en diversos lugares y ambientes pastorales. Pero como miembros de la Renovación Carismática Católica, ¿cuáles son algunas de las características propias más importantes de nuestros grupos de oración?. A continuación mencionaré algunas de ellas:
-La oración de alabanza: generalmente es una oración espontánea, que brota del corazón y la realizamos en voz audible. El fin de esta oración es darle el honor y la alabanza a Dios por quien es. Regularmente esta oración es combinada con una acción de gracias, pero siempre en la línea de glorificar a Dios por quién es y por lo que hace en nuestras vidas. Sin duda alguna esta oración ocupa un lugar privilegiado en nuestros grupos de oración. En los Grupos de Oración se redescubre “la alegría de la alabanza” (S.S. Juan Pablo II, Marzo, 87).
-Las manifestaciones externas: en concordancia con el punto anterior, como carismáticos no solo oramos con nuestra mente y corazón, también utilizamos todo nuestro cuerpo para alabar, bendecir y gozarnos en la presencia de Dios. Es por eso que en los grupos de oración es muy común danzar, levantar las manos, aplaudir entre otras cosas.
-Los carismas: en el corazón de la RCC esta el recibimiento, avivamiento y uso de los carismas ordinarios como extraordinarios, por esto es clave que en el grupo de oración exista un espacio para ejercer y practicar cada uno de ellos. Lógicamente en un ambiente de orden y discernimiento, siempre debemos estar abiertos a las sorpresas extraordinarias del Espíritu. De aquí que es normal que en nuestros grupos se ore en lenguas, se interpreten, se den profecías, sanaciones extraordinarias, entre otros muchos más.
-Participación espontánea: aunque el grupo pueda tener una estructura básica y liderazgo al dirigir la oración, siempre se motiva y se está abierto a que los todos puedan participar con oraciones espontáneas.
-La paz (Jn. 14, 27): es normal que durante varios momentos del círculo expresemos nuestro afecto con diferentes manifestaciones internas y externas, tal como el tradicional abrazo de paz al final de nuestros grupos.
-La fraternidad y el amor: el grupo de oración se debe manifestar al mundo exterior, por tanto es clave que nos reconozcan no solo por nuestro tipo de oración, sino por el vivir como realmente hermanos y hermanas, hijos de un mismo Dios. Apoyándonos no solamente espiritualmente pero también en las necesidades físicas y materiales de la vida cotidiana. Es así que el AMOR debe reinar durante toda la reunión y más allá en nuestra vida diaria.
-La humildad y el orden: todos somos iguales en el grupo, por tanto nadie debe sobresalir como más importante sino que todos tenemos un servicio y una misión que desarrollar dentro de nuestras reuniones. Así todos trabajamos con un espíritu de humildad, el cual debe llevar a tener una asamblea en orden según la guía del Espíritu Santo.
-Las canciones carismáticas: nuestra oración, como mencionamos anteriormente, está basada en voz audible y manifestaciones externas. Por lo tanto la música juega un papel clave en nuestros grupos de oración, es así que fácilmente el grupo se mueve entre cantos de alabanza, adoración, avivamiento, contemplación, etc.
-El compromiso de vida: finalmente el grupo de oración nos debe llevar a vivir 24 horas al día, los 7 días de la semana a ser semejantes a nuestro Señor Jesús, amando como El y guiados siempre por la fuerza del Divino Espíritu.
5. Conociendo un Grupo de Oración
Cada grupo de oración es único y particular. Sin embargo, a través de la historia de la Renovación Carismática Católica se han ido desarrollando diferentes elementos que estructuran los grupos. Esto ayuda a tener cierto orden y organización en nuestros momentos de reunión, sin embargo debemos recordar estar siempre abiertos a las inspiraciones del Santo Espíritu.
De tal forma a continuación se presenta una guía práctica de cómo organizar un grupo de oración. Queda a consideración de los servidores la elección de las partes a ser incluidas en el grupo, ya que es recomendable que el tiempo de duración no supere hora y media.
1.Saludo inicial: las personas deben sentirse bienvenidas a una familia cristiana, sintiéndose parte del grupo.
2.Canciones de alabanza y meditación: preparan el alma y el corazón para entrar en una intimidad con Dios que es alegría y gozo.
3.Oración Inicial: nos ubica en el contexto del grupo, sabiendo que estamos en un momento de diálogo con Dios.
4.Oración de Perdón: nos lleva a reconciliarnos con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
5.Invocación a la Sangre de Cristo: pedimos las protección de Jesús contra las asechanzas del mal.
6.Invocación al Espíritu Santo: sabiendo que es El, quien que guía nuestra vida de oración.
7.Oración de Alabanza: para glorificar a Dios por lo que El es: Dios.
8.Silencio para escuchar a Dios: la oración es un diálogo, por tanto debemos estar atentos a lo que El desea decirnos.
9.Mensajes, profecías: Dios sigue hablando a través de los carismas.
10.Lectura y reflexión de la Palabra de Dios: la cual sigue viva en medio de nosotros y es el mismo Dios quien nos habla en este momento actual.
11.Oración de Sanación: es hermoso experimentar el poder sanador de Dios, en medio de la comunidad.
12.Testimonios Breves: dan gloria a Dios por lo que El continúa haciendo y evangeliza a la vez a los presentes.
13.Oración de Acción de Gracias: debemos estar siempre agradecidos por lo que Dios nos da.
14.Oración de Petición: Dios sigue escuchando nuestras suplicas y El bendice a la asamblea reunida.
15.Oración de Intercesión: es momento de pedir por aquellos que se acogen a nuestras oraciones y por tantas necesidades en el mundo actual.
16.Avisos: relacionados con actividades del grupo, parroquia o diócesis.
17.Oración Final: para concluir el grupo, pero sabiendo que continuamos durante la semana unidos espiritualmente a Dios y a nuestros hermanos y hermanas.
El Espíritu Santo unja cada uno de nuestros grupos de oración para que El se mueva libremente y nos lleve en cada reunión a una intimidad profunda con Dios.
En los artículos anteriores nos hemos concentrado en ver los diferentes elementos que componen un grupo de oración, la estructura de un grupo, su inserción a la Renovación Carismática y a la parroquia. Ya no es mas tiempo de conocer un grupo de oración, sino de dejar que el Espíritu Santo actúe en nuestro ser y nos impulse a orar. Por eso deseo concéntrame en que comencemos… o mejor dicho que continuemos orando.
A pesar de los puntos claves que se han desarrollado a través de los años de experiencia en los grupos de oración, debemos retornar a nuestra base, es así que debemos ver como nos enseña Jesús a orar, más aún, cuando Jesús ora, ya nos enseña a orar, pero a su vez, El nos toma donde estamos y, progresivamente, nos conduce al Padre (CIC 2607).
En primer lugar, Jesús nos enseña que para recibir hay que tener fe, por lo tanto del mismo modo que Jesús ora al Padre y le da gracias antes de recibir sus dones, nos enseña esta confianza: “todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido” (Mc 11, 24), “todo es posible para quien cree” (Mc 9, 23) (CIC 2610). La oración de fe no consiste solamente en decir “Señor, Señor”, sino en disponer el corazón para hacer la voluntad del Padre (Mt 7, 21). Jesús nos invita a nosotros, al igual que a sus discípulos, a llevar a la oración esta voluntad de cooperar con el plan divino (cf Mt 9, 38; Lc 10, 2; Jn 4, 34). (CIC 2611).
En el Evangelio según San Lucas, encontramos tres condiciones básicas para la oración (insistencia, paciencia y humildad), presentadas en tres parábolas que él nos ha transmitido: La primera, “el amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13), invita a una oración insistente: “Llamad y se os abrirá”. Al que ora así, el Padre del cielo “le dará todo lo que necesite”, y sobre todo el Espíritu Santo que contiene todos los dones. La segunda, “la viuda importuna” (cf Lc 18, 1-8), es necesario orar siempre, sin cansarse, con la paciencia de la fe. La tercera parábola, “el fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), se refiere a la humildad del corazón que ora. “Oh Dios, ten compasión de mí que soy pecador” (CIC 2613).
Finalmente, ya que estamos hablando de los grupos de oración de la RCC, es la importancia de pedir y recibir cada día el Espíritu Santo. Por lo tanto, lo que el Padre nos da cuando nuestra oración está unida a la de Jesús, es “otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad” (Jn 14, 16-17). Esta novedad de la oración y de sus condiciones aparece en todo el discurso de despedida de Jesús (cf Jn 14,23 -16, 27). En el Espíritu Santo, la oración cristiana es comunión de amor con el Padre, no solamente por medio de Cristo, sino también en El: “Hasta ahora nada le habéis pedido en mi Nombre. Pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea perfecto” (Jn 16, 24) (CIC 2615).
Por lo tanto, comencemos…, mejor dicho continuemos orando, sabiendo que es el mismo Espíritu el que nos guía y une la intimidad de nuestro ser con Dios. Que los puntos y estructura de los grupos nos sirva de base, pero que jamás reemplacen la presencia poderosa del Espíritu Santo, que en cada momento nos enseña a orar de una manera nueva y nos lleva a vivir una vida de profunda unión con nuestro Padre celestial al igual que lo hizo Jesús, no solo en su oración personal, sino también en su oración comunitaria.